El primer texto de este blog se publicó el 19 de enero de 2008.

viernes, 24 de octubre de 2008

¿Señales de cambio?

A menos de un año de comenzar el siglo XXI el mundo vió entrar en acción las tropas norteamericanas; el ejército del país más poderoso del mundo salía a buscar al cabecilla de los responsables, o al menos responsabilizados con el ataque directo en suelo estadounidense, algo insólito e imperdonable. En breve, también de manera insólita, comenzó la invasión a Irak cuyas controvertidas y variables motivaciones se han ido sucediendo a lo largo de algo más de un quinquenio.
Lejos de un arrollador triunfo del sofísticado ejército, ambos conflictos bélicos han dado al traste con una peor imagen, si pudiera ser, de Estados Unidos y su presidente ante el mundo y si bien los objetivos de jugosas ganancias para quienes la buscaban se han cumplido, a nivel nacional vino la recesión.
No sólo los pueblos del sur tienen mala memoria y eligen a ex-golpistas y ex-saqueadores del erario público como presidentes; en el norte la opción de cambiar el líder y variar en algo el rumbo de las decisiones del gobierno se ha hecho una lucha cada vez más enconada con un final de carrera de fondo; la mitad del país queda literalmente decepcionada al ver elegido a su «contrincante»; esto, entre otras cosas, me parecen evidencia de una marcada indefinición hija una época donde podemos hablar de otras señales apuntando a las primeras fisuras de una pre-eminencia política y económica de un sólo país.
Estos "síntomas" se van deslizando paulatinamente: el crecimiento económico de China, el dominio del sector energético en Asia Central por Rusia, que incluye el fracaso de los intentos de la Casa Blanca por acercarse al nuevo presidente de Turkmenistán (Dick Cheney personalmente sufrió el consabido desaire); la escalada de los talibanes en Waziristán donde la porosa frontera con Pakistán se hace aún más peligrosa con la renuncia del dictador devenido en presidente Musharraf, aliado del Tio Sam.
Si a todo esto se suma la hegemonía de la izquierda al sur del Rio Bravo, con expresiones radicales en algunos casos; el fracaso de la campaña anti iraní lanzada por George W. Bush en su gira a paises árabes; la aceptación de Viet-Nam y China como aliados económicos sólo nos queda el tiro de gracia o más bien el cañonazo de aviso que dió Rusia con su presencia militar en Ossetia del Sur para pensar en un cambio del estado de cosas donde la instalación del escudo antimisil en paises perisféricos de Rusia por parte de Estados Unidos puede ser un punto de partida para la confrontación, más allá de lo diplomático de dos viejos contendientes, uno con una nueva cara aún menos amigable aunque algo le queda de sus sesenta años de totalitarismo sumado a un vertiginoso aprendizaje de cómo son los juegos de poder en la «democracia».
Se vislumbra un cambio donde el poder no estará de un solo lado y, por lo tanto no va a ser impune; este balance necesariamente significa el debilitamiento del otrora monarca.

martes, 14 de octubre de 2008

triángulo de las Bermudas
De pie ante la meseta de la cocina ¿Me acostumbraré otra vez a esperar el desayuno a la mesa? ¿Me acostumbraré a una voz narrando los sueños y preguntando, ansiosa, por los mios? Se derraman unas gotas de café cuando lo paso del recipiente del colador a la taza ¿a quien le importa?; le paso un paño “húmedo primero” “si, mi amor”.
Dia libre, mañana también porque están recortando horas, lo dedicaré a recoger un poco; las cosas ya no están en su lugar por arte de magia pero siguen proliferando en toda superficie horizontal “el síndrome de la superficie horizontal”.
Horizontal... en la cama me siento un oscuro personaje de Poe; el ventilador puede bajar lentamente con sus aspas afiladas la boca del pozo sería esa puerta cerrada por cuarenta y ocho horas.
La internet y el teléfono son cabos al exterior; la primera voluntariamente participativa el segundo invasor impositivo... ese timbre; no voy ni siquiera a averiguar quien és; pudiera ser cualquiera sabiéndome libre e invitándome a cualquier cosa; me levanto; este baño necesita una limpieza más profunda; tendré que contratar a alguien, a mi no se me dá... otro cafecito y... leer algo, ese puede ser un buen proyecto para el dia; Carlos Fuentes... buena teoría: los españoles no tuvieron la culpa sino nuestra propia ambición y desidia heredada, no supimos qué hacer con la independencia o hubo quien decidió lo más conveniente sólo para si; lo mismo de siempre... buen punto para discutir con ella... qué buenas discusiones y las reformas sociales y la crisis mundial; ¿cual argumento tendrás ante la debacle de hoy? No puedo sacarte de entre estas páginas a pesar de haber sustituido la foto-marcador.
La internet...seguramente no has cambiado las claves de acceso a tu correo electrónico... tantas cosas por hacer y sin ganas; la cama; nada en la tele;
al computador, el tercer café, cama; puedo perderme sin dejar rastro; sin dejar rastro del sonoro saludo matutino a mis compañeros de trabajo, de mis bromas, de mis comentarios con deje de seguridad.

lunes, 6 de octubre de 2008

Cruzando fronteras.

El concepto de “globalización” parece estarse tomando no sólo en sentido económico y cultural sino en el militar; si bien el cruce de fronteras por fuerzas militares no es nada ajeno a la historia de ningún continente este año se han sucedido incursiones de este tipo de manera unilateral que pueden ser tomadas como una tendencia.
En febrero tropas turcas, con la aprobación del parlamento de ese país pero sin anuencia del gobierno iraquí, penetraron en Irak para controlar las facciones kurdas alli asentadas; según el gobierno de Turquía esto era necesario dada la impunidad de facciones beligerantes kurdas que operaban en territorio turco y se replegaban a esa región; se hicieron varias advertencias a Baghdad; pero ante la inoperatividad de los reclamos se procedió a la via militar.
Más adelante en Suramérica tuvimos el sorpresivo caso de la incursión del ejército colombiano en Ecuador, aunque se trató de unos pocos kilómetros de la frontera y el ataque se concentró en un campamento de las FARC, fuerzas antigubernamentales colombianas calificadas de terroristas por ese gobierno; armose gran revuelo y quedaron muy resquebrajadas las relaciones entre ambos paises, especialmenete entre los presidentes de estas naciones.
Recientemente el mundo se conmovió con el conflicto de South Ossetia donde en un caso predecible pero sin precedentes la Rusia postsoviética sale en defensa de los ciudadadanos rusos de esa región (esa es su versión) y protagoniza una invasión a Georgia; sus tanques llegaron hasta el Mar Negro donde la presencia de ciudadanos rusos no está del todo clara.
La incursión de tropas norteamericanas en Pakistan como parte de su guerra contra el terrorismo es noticia fresca; las cosas en Waziristán, región noreste de Afghanistán, se le ha ido de las manos y se han metido en el area sur en territorio pakistaní con el antecedente de que allí ya no gobierna el aliado Musharraf lo cual puede complicar el ya resquebrajado panorama diplomático de Washington.
Si bien no podemos hablar de una guerra mundial podemos hablar de la extraterritorialidad de los conflictos; supongo que los organismos pertinentes hagan ya analizado esto y estén en via de haceralgo, que intenten al menos establecer las reglas para estas cosas; estamos en una nueva era y se necesitan nuevos acuerdos y tratados mundiales que vayan con el sentido de los intereses de nuestros tiempos.

domingo, 5 de octubre de 2008

Carta a Rafaél

Rafael, te escribo después de tantísimos años para librame de una gran culpa, debí ofrecerte mis disculpas hace mucho... siendo menos formal pido tu perdón... es lo que necesito en verdad.
¿Sabias Rafael, que tienes nombre de pintor? no el de las madonas, aquél italiano contemporáneo de Miguel Angel, me refiero al novio de mi tía que la pintó desnuda; también le hizo un retrato con mucho amarillo; el desnudo colgaba en el cuarto de ella junto a un afiche sobre la guerra de Viet-Nam; yo solía amacecer involuntariamente en esa habitación pues ella me quería como yo a ti, para paliar soledades; ni siquiera le sirvió el gigantesco payaso de trapo que mi mamá le hizo, amarillo y azul pero inútil en el sillón de al lado mientras yo aguantaba las ganas de orinar hasta que mi tia se fuera al trabajo; en sus idas y venidas al baño la podía ver tal y como en el lienzo pero apretaba los párpados y deseaba que se fuera rápido.
He pasado por muchos procesos para poder concebir esta carta, para dirigirme a ti de esta manera porque, a decir verdad, he pensado otras veces en ti; quizás catalizó esto el haber soñado con mi último día; no te alarmes, fue sólo un sueño, mas me hizo reflexionar en la necesidad de poner las cosas en orden.
Los sueños son caóticos, impredecibles; se sueña con circunstancias y personas aparentemente olvidadas o se inventan escenarios y personajes; es imposible describir un sueño a plenittud, es una dimensión indefinible con las palabras existentes y en ocaciones los olvidamos antes de poder contarlos; he soñado que soy mujer, he soñado con una ciudad de edificios de agua, he soñado que he subido al Monte Everest con mi hermano y bajando pasábamos por un casino donde tres negros tenían máscaras de actores famosos; me he soñado trabajando en un hotel donde, en el lobby, se hace una demostración de zunzunes amaestrados y estos suben en parejas tomados por el pico; he soñado incluso cosas que, sin ser de mi responsabilidad, me avergonzaría contar; también en sueños he ido a China a buscar una caja misteriosa en un barrio pobre.
Esta vez estaba acostado, esperaba morir; mis seres cercanos tenían la apariencia actual; mi madre me daba las últimas recomendaciones como es su costumbre; mi hermano buscaba un taquígrafo para recoger mi última voluntad; yo repartía mi únicas pertenencias: mis pinturas, dibujos y esculturas entre mi hermano, la nieta de mi esposa y mi profesor de cerámica... mi esposa, quien, por circunstancias ajenas a este cuento está algo lejos, no estaba en este sueño y por eso no se lo he contado, para, como se dice, no herir susceptibilidades.
Pero no te escribo para contaros un sueño... fue bastante con la pesadilla de la separación... mi madre me dijo aquél dia cuando nos ibamos «por qué no llevas a Rafaél» y yo me extrañé porque el mar y la arena no son buenos lugares para un muñeco de peluche aunque sea el juguete preferido; tampoco le di tanta importancia.
En el camino a pesar de los intentos de distraernos se percibía tristeza en las miradas de papá y mamá; lo achaqué a la última discusión y al divorcio... ahora éramos igual que Robertico, Carlos, Helenita y Alberto Daniel: hijos de padres divorciados... ; mi padre nos lo trató de explicar a su manera y crei entenderdo pero no sospechaba una separación tan radical.
Estuvimos muy poco en la arena; mi madre no acababa de abrir la jaba con los sandwiches y a cada rato los adultos atisbaban el horizonte; era muy temprano y la oscuridad persistía, estabamos en una zona de la playa bastante apartada, nunca habiamos estado alli y nunca el viaje en el viejo chevrolet de Tito habia sido tan largo y asi pasó: a los gritos de «ahi están» se levantaron, mamá cargó a Carmencita, papá me tomó de la mano, corrió conmigo a la orilla, lo sentía nervioso y agitado, se fue metiendo en el agua; cuando esta le daba a la cintura (y a mí más arriba del pecho) me sentó en sus hombros; nos tropezamos con un muro blanco con un nombre rotulado y hombres en el tope... era la popa de una lancha, mi madre le daba la niña a los hombres, luego se trepaba, mi padre me dió un beso con lágimas y me ayudó a subir y se quedó allí, en el agua oscura, llorando; nosotros nos alejamos en nada; sólo era ruido de motores, todos agachados en la borda; fue el único amanecer en mi vida donde no he disfrutado la belleza del sol; tambien lloré, Carmencita mas bien azorada y mi madre como muy cansada... y pensé en ti Rafael porque supe, cuando por fin nos bajamos de aquel infierno, que te habia dejado atrás, muy atrás, que no podria recuperarte, que no vería más tu chaqueta de guint-gant(qué importa cómo se escribe ahora el nombre de esa tela a cuadritos) ni tus ojos de vidrio color miel; como no recuperaria mi pañoleta bicolor, mi uniforme rojo, mi cama, mis amigos, el apartamento de abuela...
Perdóname Rafael, debí llevarte aunque para ti hubiera sido igual estar noventa millas más allá o más acá, aunque decenas de juguetes deslumbrantes te hubieran podido sustituir como no lo eres ahora; quedo con la incertidumbre, como con otros amigos, de qué habrá sido de ustedes... a los niños nunca nos dejan despedirnos.