El primer texto de este blog se publicó el 19 de enero de 2008.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Más vale pájaro en mano...

Mrs. Clinton fue una agria contendiente de Barack Obama en las elecciones primarias del partido demócrata para elegir el candidato a ocupar la cuadragésima cuarta presidencia de Estados Unidos.
Ambos políticos rivalizaron cual en partidos contrarios atacando los puntos de vista del otro de cualquier manera: tratando de demostrar su ineficiencia, ridiculizando algún planteamiento, contra restando con una visión certera sobre el asunto; en ocasiones los ataques se fueron a temas ajenos a los intereses nacionales; fue una saga verdaderamente entretenida y tensa donde los pro-Hillary hasta manejaron la posibilidad de aglutinarse en un partido independiente cuando se vieron casi perdidos algo que ensombreció la posibilidad de una victoria demócrata en las elecciones generales finalmente ganadas por estos a pesar de algunas “deserciones” hacia el partido contrario por rabia y hasta racismo.
Uno de los conceptos básicos de la campaña de Obama más criticados por sus oponentes fue su intención de abrir la posibilidad del diálogo con líderes de paises considerados enemigos de Estados Unidos, sobretodo porque esto se haría sin condicionamientos a esas políticas hostiles; la ex-primera dama no fue la excepción en combatir enérgicamente esta idea contraria al espíritu soberbio de norteamérica.
Mrs Clinton, sin embargo hizo lo más conveniente para su partido una vez se decidió el candidato; ella y su esposo el ex-presidente Bill Clinton, hombre de gran carisma y oratoria se vertieron a trabajar con gran eficiencia para la campaña de Barcak Obama siendo esto un gran apoyo dada la popularidad de ambos.
No pensemos, sin embargo que estas cosas se hacen aspirando a un cargo, primero porque no se trata de la alcaldía de un pueblo, las cosas son muchísimas más complejas a ese nivel y además porque tratándose de políticos de este calibre no existe la necesidad de tal cosa. Hillary ha construido una carrera ascendente y se han dado pasos precisos, algunos tan sutiles como la mención en un discurso a la nación de Bill Clinton de la posibilidad de un jefe de estado mujer o el perdón sin precedentes a su esposo tras le caso Lewinsky; otros concretos como su buen trabajo como senadora.
Poniendo las cosas tal y como son Hillary Clinton podría hacer más por la independencia de su carrera política si continuara como senadora que como Secretaria de Estado; en el congreso, podría seguir sosteniendo sus criterios contarios al presidente, podria contribuir a vetar leyes que considerara contrarias a su política; ahora en su nueva posición será una agorera de la política exterior que sólo meses antes criticaba.
En Estados Unidos el Secretario de Estado es practicamente el segundo hombre en el poder, en este caso será una mujer como lo fue Madeleine Albrigth en el gobierno de Clinton, es la cara política más conocida internacionalmente después del presidente, son más conocidos que los vicepresidentes. Sin embargo es sabido cómo si bien un vicepresidente se lanza para subir un escaño en su puesto un Secretario de Estado tiene poca o ninguna tradición de hacerlo, se calcula que tiene escasas posibilidad de salir victorioso.
Hasta los detractores del nuevo presidente han reconocido el gran equipo escogido para la nueva administración; lo rodean, entre otros, tres de sus rivales en las primarias, lo cual dice cuan preparados estaban para las grandes responsabilidades políticas Joe Biden (ahora su vicepresidente), Bill Richardson (escogido como ministro de Comercio) e Hillary.
Pienso que Hillary Clinton, a quien, al igual que McCain, Barack Obama le robó el “momentum” ha decidido asegurar quedar formando parte de un equipo histórico que arrriesgarse a esperar cuatro, ocho o más años para lanzarse a la siempre incierta empresa (por experiencia lo sabe) de una campaña presidencial ; prefirió acogerse a “más vale pájaro en mano que ciento volando” que a “es mejor ser cabeza de ratón que cola de león”.
Cuando la senadora de New York tuvo la arrogancia de invitar a Barack Obama a ser su vicepresidente una vez quedaron solos en la batalla por la candidatura de los demócratas, nunca pensó que terminaría siendo su secretaria (de estado).