
No está ya en las primeras planas el expresidente hondureño Zelaya, aún en la embajada brasileña en Tegucigalpa cabildenado la manera de salir de allí víctima de la crisis provocada por sus intespestiva y forzada salida del poder en junio 2008 pero iniciada, en primera instancia por su alianza con Chavez y su intención de reformar la constitución para facilitar su permanencia en el poder. Muchos cuestionaron el método para sacar al presidente a meses de concluir su término pero habría de preguntarse si no fue una medida consecuente con la inconsecuencia del político; su colega venezolano, exgolpista militar permanece en el poder hace más de una década a pesar de sus arbitrariedades; a su imagen y semejanza Rafael Correa toma medidas económicas de dudosas intenciónes en Ecuador y Daniel Ortega, exguerrillero de izquierda está por segunda vez en la arena política centroamericana.
El llamado socialismo del Siglo XXI se ha extendido más de lo pensado por muchos, y si bien Chile y Brasil han tenido un callado ascenso en su economía (Brasil y Argentina son miembros adherentes de la OECD desde 1997, si bien a este último no le ha ido nada bien no teniendo nada que ver eso con la izquierda), el resto parece ser un peligroso acercamiento al totalitarismo y la falta de derechos.
Las elecciones de Chile se han dado a menos de un año de las de Panamá cuando Ricardo Martinelli de Cambio Democrático sustituyó a Martín Torrijos, hijo del “Líder Máximo de la Revolución Panameña", el golpista Omar Torrijos; durante ese tiempo fue elegido para presidente en Honduras Porfirio Lobo del Partico Nacional (considerado centro izquierda conservador, tomará el cargo el dia 27 de enero) en las controversiales elecciones después de la Crisis constitucional.
Puede ser muy pronto para pensar en un giro pero aquí dejo estas notas para ir considerándolo.
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