El primer texto de este blog se publicó el 19 de enero de 2008.

jueves, 15 de julio de 2010

Juzgar a los dictadores.

Las dictaduras son un fenómeno político social y personal que rompen con el orden establecido como normal en el gobierno y administración de un pais sacudiendo la ya vapuleada democracia; no pocas dictaduras son apoyadas por una mayoría harta de la corrupción del mal llamado gobierno constitucional; mas, las dictaduras no suelen re-establecer las garantias constitucionales sino derogarlas por tiempo indefinido, imponer sus propias leyes y las supuestas medidas emergentes para salir de la crisis se van institucionalizando.
Es común en las dictaduras, salvo raras excepciones, la permanencia en el poder más allá de lo deseado aún por aquellos entusiastas seguidores del principio y es también común, he ahí lo social y lo personal ligado a lo politico, estar encabezadas por una figura, un hombre carismático quien arrastra masas con su verbo o gesto y tiene un poder a veces mágico sobre todos; el dictador pasa a ser del justiciero camarada al lider, al patriarca y en algunos casos casi un faraónico personaje con leyendas incluidas a las cuales contribuyen periodistas y escritores.
Los dictadores seguidos por simpatía, lealtad o miedo han dejado históricamente desmanes sin paralelo que van desde arbitrariedades personales hasta masacres a detractores de sus ideas o acciones y lo peor: suelen involucrar a miles de ciudadanos en esto generando un ambiente de locura nacional solo comprensible escasamente por quienes lo viven si bien las víctimas, que son todos, seguidores y detractores, a veces no comprenden a profundidad o en su verdadera dimensión muchas cosas, sólo las viven y sobreviven como pueden en el mecanismo donde están reemediablemnete inmersos. Las lúcidas voces de la oposición suelen ser apagadas de manera solapada o abierta, con cárcel, muerte, exilio o inxilio, este último como un tipo de cruel muerte intelectual.
Algunos dictadores han sido llevados a juicio a posteriori, escasos para los muchos que mueren ya viejos en otros paises si se ha logrado su derrocamiento o aún en su propia tierra y hasta llenos de gloria; en tales procesos legales se sacan a flote la barbarie provocada por ese vejete ahora en el banquillo de acusados quien como nazi senil puede que ni recuerde su sanguinaria juventud, ojalá lo acomnpañaran todos sus colegas porque un solo hombre encabeza una dictadura pero no la hace toda.
Mi reflexión de hoy apunta a cuestionar el propósito y utilidad de tales juicios, quizás sea el escarmiento, el intentar que otros no se tienten con tal manera de poder; cuando es sabido cómo la humanidad nunca ha aprendido de la historia, siendo esta es una entretenida novela con fines lúdricos.
En mi opinion todos los esfuerzos intelectuales, financieros y legales relacionados con el juicio a dictadores debieran invertirse en tratar de evitar la proliferación de tales fenómenos más común de lo que la mayoría piensa, sólo échele un vistazo a Africa y parte de Asia pues en América esto está tomando otro curso: los caudillos suelen acceder al poder de manera democrática para luego traicionar ese proceso sin olvidar el caso de Cuba, donde hubo una revolución, se derrocó a u dictador y ahora "disfruta" de un surrealismo económico y social; la gerontocracia cubana, dirigida aún por Fidel Castro, es un caso singular de oportunismo de estado, miedo y control inexplicable por un supuesto moribundo o muerto según las noticias intercaladas con burlonas apariciones del comandante a lo Bin laden tropical contra el imperio del mal.
Debe haber una manera de evitar la formación de una conciencia afin a las ideas de una dictadura, a nadie debiera pasarle por la mente apoyar manera tal de alienar a quienes no lo siguen, de humillar las mas elementales conquistas de los derechos del ser humano; porque, una vez más, lo mas preocupante es esas masas ayudando a implementar el mounstruoso mecanimso demoledor de todo opositor lo cual genera la uniopinión tan propensa al error.
Un pais cuando pasa por una dictadura es lacerado enormemente, juzgar a los responsables de esto no arregla nada, quizás satisfaga el bajo instinto de la venganza escondido en la sed de justicia; los muertos y los torturados, los traumatizados no vuelven a su estado original y es triste y se siente compasion por la víctimas y las familas mas la realidad es esa y lo importante es no repetir la experiencia bajo ninguna circunstancia.

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