Elecciones, re-elecciones, disconformidad y decepción.

Finaliza el primer semestre del año; acaba de suceder las elecciones presidenciales en Irán, pais cuyo gobierno, en su agrio antagonismo, aún post-Bush con Estados Unidos, contribuyó a fijar la mirada mundial en este proceso supuesto propiciador de un pequeño giro no sólo en su política exterior sino en la vida nacional dado el duro conservadurismo, aupado por su lider religioso (poder detrás del poder) del actual gobierno.
Los “verdes”, como se conoce a la oposición, abogaban, entre otras cosas, por una mayor libertad en varios aspectos cotianos que afectan la vida diaria; de alguna manera los aires de cambio, lema de algunas de las últimas elecciones en varias partes del mundo, también tocaron las esperanzas de un gran porciento de los iraníes.
En la última semana, tras el triunfo de Ahmadinejad se han desatado disturbios impresionantes en Teherán, según observaores los mayores desde la revolución de 1979; los triunfadores retan gritando “¿donde están los verdes” y “¡Alá nos bendice!”, los derrotados no se resignan a pesar de gases lacrimógenos, arrestos e incriminaciones sus líderes.

Este panorama en desarrollo en Irán hoy ha sido la constante de las últimas elecciones en muchos paises cada uno con sus matices; el mayor ejercicio democrático del mundo, como fue calificado recientemente las eleccciones en La India por su número de votantes, fue, por esa parte, aleccionador, como lo fueran también las recientes elecciones presidenciales en el pequeño Panamá y las parlamentarias en Marruecos donde incluso un partido creado hace pocos meses ha ganado la mayoría de puestos.
Sin embargo esas fueron las excepciones, una vez escuchamos “elecciones” podemos esperar enfrentramientros, protestas violentas; una sangrienta muestra de ello ocurrió en Kenya hace algo más de un año donde las diferencias se resolvieron a filo de machete para en un final llegar a un acuerdo bi-partidista pero en el fondo, el único presidente de origen kenyano que contentó a todos los kenyanos fue Barack Obama. La fórmula de gobiermo compartido con un primer ministro representante de la oposición sería repetida meses más adelante en Zimbabwe donde el octogenario Robert Mugabe se vió forzado a paliar la miseria de su país envuelto en una epidemia de cólera, entrando en una acuerdo con Tsvangirai, reduciendo así los encarnizados disturbios.
No sólo el tercer mundo sufre de esta explosiva inconformidad, Georgia y Moldova a su tiempo mostraron el empecinado temperamento de sus electores después de un resultado contrario al esperado.

Otro pais del Medio Oriente, Afghanistán, se prepara para elegir su presidente en un elección masiva y me refiero a la cantidad de candidatos: cuarenta y uno, entre ellos Hamid Karzai quien parece perfilarse para ser re-elegido.
A los actuales mandatarios nunca les basta un período para terminar su trabajo o entregárselo decentemente adelantado a su sucesor y asi no sólo ejercen su derecho de aspirar a una se re-elección cuando la constitución de su país así lo permite sino la reforman cuando así no es, incluso abogan por una posible extensión de esto y si no lo hacen por ley lo hacen por fuerza a golpe de cinismo o tanques de guerra; ha sucedido en las repúblicas exsoviéticas de Asia Central, en más de una decena de paises africanos, en Venezuela con Chávez y en con su más fuerte crítico Alvaro Uribe quien persigue un tercer término presidencial habiendo ya reformado la constitución para conseguir el segundo.

Todo esto, creo, es lo que tiene frustrado a muchos y violenta las calles aunque visto con optimismo estos defensores de su partido, al menos creen en un lider, han votado, siguen un programa; hay un grupo, no despreciable de personas que ni siquiera se toman el trabajo de votar, que están hastiados de tal montaje, que no creen en ningún político y la razón se las da el estado de cosas; el mundo va de mal en peor; el capital financiero, el de los ricos, ha colapsado y por muy impalpable que sea ha afectado la superviviencia de millones; las desigualdades sociales son cada vez mas abismales; cada vez menos personas tienen acceso a atención médica, a una educación decente e incluso a una dieta sana, mucho sería pedir por una vida plena; a muchos les ha ido tan mal que paises enteros dependen de la ayuda de otros.
¿Se resolverá esto cambiando los políticos o cambiando LA política?; he ahi una la línea nuy imprecisa porque vienen estos políticos diciendo que cambiarán la política y son un fiasco; quizás sea un problema de ideología, lo cual quiere decir de pensamiento... pero esta entrada hablaba de elecciones ¿será que tenemos?

fotos tomadas de al-jazeera.net, flirk y wikipedia respectivamente