Mi última década está siendo algo intensa o quizás sea la percepción de un cuasi cincuentón susceptible de cansarse con menos actividad que hace unos años atrás… me pongo a repasar y veo cómo durante estos últimos diez años supe de mi condición de hipertenso, me hice ciudadano americano, me casé, viví por segunda vez en Colombia, en esta ocasion sólo por unos meses en un pequeño pueblito de ambiente rural y allí me involucré en la protección del Medio Ambiente; regresé a Miami y desde aquí comencé a exponer mi obra visual en Europa si bien de manera bastante modesta: un café en Paris, una Universidad en Roma y en la sede de un club literario en Porto, ciudad al norte de Lisboa en Portugal.
La intensidad es atenuada por el tedio de haber estado trabajando en una misma empresa ¡por más de dos años!... mi record en la permanencia laboral lo tiene aún los cinco años pasados con Albitra Rodriguez y su grupo, compartido entre Colombia, Miami y constantes viajes dondequiera que su música es bienvenida; visité varias ciudades de Colombia, varios paises de América hispana y algunas ciudades de Estados Unidos; también estuvimos en España y Holanda; mi experiencia con los “personajes” de esa etapa son buenas para un capítulo aparte; después de esto el lugar adonde más tiempo estuve trabajando fueron dos o tres cursos escolares en la escuela elemental de artes “Paulita Concepción” en el Cerro, La Habana, muy cerca de la Clínica Covadonga, muy conocida por los habaneros.
Mi “movilidad” laboral ha sido una de las motivaciones para escribir mi autobiografía, idea hoy retomada con sinceras intenciones de terminarla, como todas las anteriores veces… desde mis treintas ; por esa fecha escribía con toda la petulancia y autosuficiencia de creerme eterno… hoy sigo estando orgulloso de lo vivido pero llevo ciertos toques de frustración por lo no hecho y peor que eso, por aquello imposible de hacer ya.
lunes, 31 de mayo de 2010
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